Ya lo dijo Humberto Maturana, “todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”. En efecto, escuchar, hablar, leer y escribir son habilidades comunicacionales básicas para interactuar con nuestro entorno. Es así como la comunicación -ya sea verbal o no verbal- está presente en todas las acciones que realizamos en nuestro diario vivir.
Escuchar es lo primero que hacemos al nacer, y de hecho nacemos sabiendo hacerlo, sin embargo, esta habilidad se puede deteriorar con el paso de los años si no es puesta en práctica de manera intencionada. La docente del curso Comunicación, Empoderamiento y Empleabilidad de Unegocios FEN U Chile, Carla Herrera, explica que a diferencia de lo que ocurre con el habla, la escucha es una tarea que requiere concentración y esfuerzo. Así, cuando hablamos, somos protagonistas y generalmente transmitimos solo lo que nos interesa, aquello que más se relaciona con nosotros, pero cuando escuchamos, generalmente nos llegan mensajes que no elegimos ni controlamos, incluso algunos que no compartimos y por esto, tendemos a desconcentrarnos.
“Acá el desafío tiene que ver con nuestra conexión y presencia; ya que no se trata sólo de callar o solo de hablar, sino de abrirse al intercambio, estar disponibles para otras voces, otras ideas, otros silencios”, enfatiza Carla Herrera. “Recordemos que la escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no solo lo que la persona está expresando directamente, sino también sus sentimientos, ideas, emociones o pensamientos, que pueden trascender lo que está comunicando verbalmente”, añade la docente.
Pero, ¿por qué es importante que podamos mantener una escucha activa? “Porque nos permite comunicarnos efectivamente con el otro, porque podemos llegar a una conexión mucho más profunda, que genere impacto en el entorno, ya sea en el ámbito laboral o personal”, indica la docente.
¿Cómo llevar a la práctica la escucha activa?
Carla Herrera detalla varias sugerencias que podríamos llevar a cabo en forma individual con el fin de entrenar la habilidad de escuchar.
“Por ejemplo”, indica, “podemos dar espacio para que la otra persona pueda expresarse, sin presión”. Señala que esto muchas veces implica tomar los silencios como parte de la conversación, con naturalidad.
Por otro lado, Carla Herrera agrega que, “nuestra actitud debe ir acompañada de una postura corporal receptiva, por ejemplo, inclinarse ligeramente hacia nuestro interlocutor (si lo tenemos al frente), o mantener la atención en la videollamada”.
También, recomienda acoplarse al otro en nuestro lenguaje no verbal, por ejemplo adoptando una postura corporal similar. De la misma manera, podemos mostrar interés hacia lo que nos están contando y fomentar que nos quieran seguir hablando con señales concretas, por ejemplo asentir, mirar a los ojos o a la cámara”.
Añade que “algo que en general resulta difícil de evitar, es interrumpir. Distraerse, aconsejar de manera prematura o emitir juicios de valor. Para generar diálogo y empatía, es de gran ayuda parafrasear, vale decir verificar o expresar con nuestras propias palabras lo que hemos entendido de lo que nos dice la otra persona, eso es fundamental”, indica Carla Herrera.
Finalmente, la docente señala que es primordial que la otra persona sepa que ella es importante para ti, y que tu interés sea de verdad, si no estás siendo congruente, si una parte de ti está fingiendo, o si tu atención no es total, el comportamiento no verbal siempre te delatará.
El desafío de “silenciar” la mente
Tenemos aproximadamente 70 mil pensamientos al día, de los cuales el 95% son inconscientes. La docente indica, “si te suena familiar la frase de Mark Twain, ‘he tenido muchos problemas, pero la mayoría nunca me han pasado’, entonces la invitación es a reflexionar, ¿a qué le estás dedicando tu atención?, ¿estás en el pasado, en el presente o en el futuro? En el presente hay mayor probabilidad de silencio y conexión, primero contigo y luego con el resto. En ese sentido, el proverbio turco ‘si hablar es plata, escuchar es oro’ nos deja la misma reflexión”, puntualiza.