La competitividad de una organización está determinada en gran parte por sus niveles de productividad los que a su vez están en función de la eficiencia operacional. Desde esta perspectiva, la mejora continua de procesos y, la correcta asignación y uso eficiente de los recursos se transforman entonces en pilares elementales para cualquier organización que pretenda mantenerse activa en una economía global.
José Miguel Santana, Director Académico del Diplomado en Excelencia Operacional impartido por el Centro de Desarrollo Gerencial de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile sostiene que “hoy más que nunca se hace imprescindible que las empresas se preocupen y ocupen de su productividad. Las organizaciones anhelan su sustentabilidad y esto se traduce en la capacidad para llegar a dinamizar, estructurar y estandarizar su ciclo de rentabilidad, crecimiento, desarrollo y competitividad”.
A juicio del experto, un número importante de empresas en Chile que inician programas de optimización de procesos para el mejoramiento de sus operaciones lo hacen desde una perspectiva top down, lo que en muchos casos da como resultado soluciones innecesariamente complejas, confusas y poco aplicables para quienes finalmente las ejecutan. Esto evidencia una gran distancia entre el diseño y el desempeño esperado.
“Estas brechas producen pérdidas, incrementos en los costos, variabilidad en la calidad, costos ocultos y demoras que juegan en contra del objetivo inicial de la optimización de las operaciones. En general, las empresa chilenas, independiente de su tamaño, especialización y mercado, poseen modelos de gestión con foco en el negocio y la comercialización, pero no cuentan con modelos de gestión focalizados a la productividad con una mirada y consciencia hacia adentro y al cómo hacer las cosas”, dice Santana.
La optimización de los procesos operacionales, se debe generar en un contexto de un modelo propio de gestión de excelencia operacional, estructurado, disciplinado e internalizado por todos los integrantes de la organización y en todas sus áreas funcionales. Se estima que las mejoras en los indicadores de calidad, costos, tiempos de respuesta, seguridad y nivel de servicio pueden llegar a incrementar los niveles de productividad hasta en un 70% en el mediano y largo plazo.
Por último, Santana explica que el profesional que opte por el Diplomado en Excelencia Operacional de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile se interiorizará principalmente acerca de las técnicas, herramientas, fundamentos y principios del Modelo de Gestión de Excelencia Lean Kaizen, basado en el Sistema de Producción Toyota TPS con la visión japonesa del management y complementado con el concepto de Lean acuñado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), conocimientos que le permitirán desarrollar las competencias directivas para el diseño, dirección y aplicación de las estrategias; y tácticas para una efectiva implementación de un modelo de excelencia operacional, creando valor y competitividad.