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Quiet Ambition: crecer sin escalar, destacar sin competir

Escrito por Comunicaciones Unegocios | Jun 25, 2025 2:24:23 PM

En tiempos de hipercompetencia, una tendencia silenciosa redefine el éxito profesional. El profesor Sergio Valenzuela explica por qué el “Quiet Ambition” llegó para quedarse y cómo puede transformar la gestión de personas en las organizaciones.

Una ambición sin protagonismo

En un mundo laboral marcado por la visibilidad, la productividad y la competencia constante, comienza a emerger una nueva forma de vivir la ambición: sin gritarla, sin exhibicionismo, pero con una profunda orientación al propósito y la excelencia. Es el llamado Quiet Ambition o “ambición silenciosa”, un concepto que se aleja del ascenso jerárquico y los reconocimientos públicos, y que pone el foco en el crecimiento personal, la calidad del trabajo y el equilibrio con la vida personal.

El director académico del Diplomado en Gestión Estratégica de RRHH y Relaciones Laborales Unengocios FEN Uchile, y presidente del Círculo de Ejecutivos de RRHH  CERH Chile, Sergio Valenzuela Bilbao, aclara que esta tendencia no representa una falta de compromiso, sino una forma más madura, consciente y sostenible de entender el éxito laboral:

“La ambición silenciosa se relaciona con hacer bien el trabajo, con excelencia y mejora continua, pero sin buscar necesariamente el aplauso o el ascenso. Es una respuesta al desgaste emocional que genera la lógica de competencia permanente y una manera de proteger la salud mental en ambientes exigentes”.

Un fenómeno impulsado por nuevas generaciones

El auge de esta forma de trabajar responde a diversos factores culturales y sociales. Según el especialista, los jóvenes profesionales han crecido en un contexto donde la información es abundante, la flexibilidad laboral se ha expandido y la salud mental ha adquirido una importancia ineludible. “Esta generación busca caminos que estén alineados con su autenticidad. No quieren sacrificar su bienestar emocional por cumplir con una idea impuesta de éxito. Buscan un propósito personal que conecte con el de la organización en la que trabajan”, comenta.

Este nuevo paradigma rompe con la lógica tradicional del trabajo como una carrera lineal hacia la cima. Hoy, los profesionales priorizan la calidad de vida, la autonomía y un ritmo propio. En ese sentido, el Quiet Ambition puede ser visto como una resistencia silenciosa frente a estructuras laborales rígidas, competitivas o alienantes.

Nuevos desafíos para las organizaciones

El auge de esta tendencia representa un reto importante para las empresas, especialmente en áreas como la detección de talento, la planificación de sucesión y el diseño de trayectorias profesionales. “Los talentos con ambición silenciosa no siempre se ven. No buscan destacar ni competir, por lo tanto, las herramientas tradicionales para detectar alto potencial ya no bastan”, afirma Valenzuela.

Para él, las organizaciones deben revisar sus estructuras y apostar por liderazgos más personalizados: “Es clave que los líderes conozcan a sus equipos en profundidad. Que sepan cómo se expresa la ambición en cada persona y den espacio para distintas formas de crecer. Por ejemplo, a través de mentoring, liderazgos en proyectos o reconocimiento de logros que no siempre son públicos, pero sí valiosos”.

Prácticas para cultivar la ambición silenciosa

En esta misma línea, el también  propone una serie de prácticas organizacionales que permiten integrar esta tendencia sin desvalorizarla. Entre ellas destacan:

  • Reconocer públicamente los logros, aunque hayan sido alcanzados en silencio o sin búsqueda de protagonismo.
  • Fomentar programas de mentoring, conectando a jóvenes profesionales con referentes que validen esta nueva forma de ambicionar.
  • Crear grupos de trabajo transversales, donde se promueva el diálogo, el apoyo mutuo y el intercambio de experiencias.
  • Disponer de espacios de formación continua, tanto físicos como virtuales, que permitan el desarrollo profesional a ritmo propio.
  • Impulsar culturas inclusivas y diversas, donde cada persona sienta que su forma de aportar es valorada.

De tendencia a ventaja competitiva

Lejos de representar una amenaza para la productividad, el Quiet Ambition puede convertirse en una ventaja competitiva para las empresas que sepan adaptarse. Para Valenzuela, el liderazgo es la clave: “Un buen líder no debe ver esta tendencia como un problema. Al contrario, es una oportunidad para aumentar la eficiencia y construir culturas más sostenibles”.

En un entorno laboral donde la presión y la hiperconectividad son lo usual, la ambición silenciosa puede ser el camino hacia entornos más saludables, colaborativos y humanos.

“El éxito ya no depende solo del cargo que se ostenta, sino del valor que se aporta en coherencia con el propio propósito. Esa es la nueva forma de ambicionar, y quienes la entiendan a tiempo podrán hacer la diferencia entre una empresa que evoluciona y una que se queda atrás”, concluye.